Paneles solares térmicos y turbinas eólicas ya forman parte de la emblemática estructura de este monumento que recibe 7 millones de visitas al año.
En 2015 concluyeron las obras de renovación de la Torre Eiffel para convertirla en un edificio accesible y eficiente. Entre las novedades, destacan las efectuadas en el primer piso, convertido en un inmenso balcón a 57 metros de altura para disfrutar de toda la belleza de París. Este histórico monumento, que fue icono de modernidad, hoy lo es también de la eficiencia energética.
Una Torre Eiffel más sostenible
Uno de los primeros objetivos de la renovación de su primer piso responde a la voluntad de reducir su huella ecológica. En primer lugar, se ha revisado el acristalamiento, el cual, permite reducir en más del 25% los aportes térmicos en época estival y así reducir su factura energética correspondiente a la climatización.
Las modernas tecnologías renovables también han encontrado su hueco en este edificio. El primer piso ha sido equipado con paneles solares, que permiten cubrir el 50% de las necesidades de agua caliente de dos pabellones situados en los alrededores del monumento. Para hacer posible la reforma, ambos pabellones han sido totalmente reconstruidos. Ahora disponen de un sistema de recuperación de las aguas pluviales que alimenta a los sanitarios. Este dispositivo permite ahorrar la energía necesaria para la alimentación de las bombas a presión que envían el agua a los pisos superiores de la torre.
En cuanto a las instalaciones de climatización, para asegurar una temperatura estable a los usuarios de estos pabellones, se han instalado bombas de calor de alta eficiencia energética.
Para el abastecimiento de la energía eléctrica de la zona comercial, en el segundo piso se han instalado dos aerogeneradores que podrán producir 10.000 kWh al año.
Para la iluminación, se ha optado por tecnología LED por su elevada eficiencia energética. El suelo transparente del primer piso y los nuevos antepechos de vidrio ofrecen al visitante una experiencia del vacío espectacular. La luz, discreta y de tonalidades cálidas, llega a la plaza central desde los mismos pabellones y desde dicho antepecho, respetando la imagen de la torre Eiffel.
Destellos dorados para deslumbrar consumiendo poca energía
Fue en 1985 cuando se inauguró su primera iluminación, creada para ensalzar durante las horas nocturas la figura de la Torre Eiffel. Aquel primer alumbrado estaba compuesto por 336 proyectores equipados con lámparas de sodio de color amarillo-anaranjado, lo que otorga al edificio su característica apariencia dorada.
Estos proyectores de 1 kW fueron sustituidos en 2004 por otros con una potencia de 600 vatios, es decir, un ahorro en el consumo de energía del 40%. Este mejor rendimiento conserva toda la belleza del aspecto inicial.
Cada una de las 20.000 bombillas se iluminan de forma aleatoria, ya que estas son independientes entre si. Además, el paso de la duración de los destellos de 10 a 5 minutos por hora en 2008 ha permitido reducir el consumo de energía y, sobre todo, prolongar varios años la vida útil de la instalación.
FUENTE: ESEFICIENCIA