Buenas prácticas en iluminación

Las lámparas poseen etiquetado energético con el fin de informar sobre las características energéticas. Son 7 clases de eficiencia energética que se identifican con letras y colores, A y color verde como la más eficiente, y G y color rojo como la menos eficiente. Las lámparas de clase A consumen 3 veces menos que las de clase G.

 

   

Buenas prácticas en iluminación doméstica son:

  • Emplear lámparas de bajo consumo y fluorescentes. Cuando sea precisa una luz de mayor calidad, para iluminar cuadros, fotos, etc., utilizar halógenos de bajo consumo o LEDs. Sustituir el 25% de las lámparas incandescentes de la vivienda que permanecen encendidas durante más horas al día, por lámparas fluorescentes compactas, se puede reducir hasta un 50% en el consumo eléctrico en iluminación de la vivienda. Además las lámparas de bajo consumo duran entre 8 y 10 veces más que las incandescentes convencionales.
  • No es conveniente encender y apagar los fluorescentes con frecuencia, por lo que son adecuados para estancias dónde el tiempo de uso es más largo, como las cocinas. Si se va a abandonar la habitación unos minutos, es mejor no apagar los fluorescentes, ya que su consumo en el arranque es elevado, se ahorra y se alarga la vida de las lámparas.
  • Es recomendable disponer de varios niveles de iluminación, ya sea con reguladores y/o usando distintos interruptores para distintas zonas de la habitación. Así se puede adaptar el nivel de iluminación al necesario en cada momento y en cada zona.
  • La utilización de colores claros en las paredes disminuye de forma importante las necesidades de iluminancia, ahorrando, por tanto, en la potencia de iluminación.
  • Se debe aprovechar la luz del día utilizando en las ventanas y en las cortinas colores claros y tejidos que sean ligeros para permitir la penetración de la luz solar.
  • En locales de poco uso: despensas, sótanos, bodegas…., es conveniente colocar detectores de presencia para que el encendido sea automático, ahorrando así la energía que se derrocha cuando se deja encendida por olvido.
  • Utilizar luces exteriores equipadas con fotocélulas o temporizadores, para que se apaguen solas durante el día.
  • La limpieza y buen estado de las lámparas y luminarias de la vivienda puede dar lugar a un ahorro de hasta un 20% en el consumo de electricidad en iluminación. Una bombilla sucia o en mal estado puede llegar a perder hasta un 50% de luminosidad. También se deben limpiar las pantallas de las luminarias y todos los elementos que ayuden a reflejar y expandir la luz.